domingo, 14 de marzo de 2010

El corazón se despierta como se abre una flor de loto

El corazón se despierta como se abre una flor de loto. Su belleza y su aroma naturales lo llenan a él y perfuman todo el jardín. Pero la naturaleza de las flores es abrirse de día y cerrarse de noche. ¿Cómo podemos hacer el mapa y la descripción de un proceso así?. Tenemos los estadios del brote, del pimpollo y la flor. Pero esta descripción omite más de lo que dice. Omite la nutrición de las raíces en la tierra mojada, la luz del Sol, la polinización de las abejas, y los hermanos y los padres del loto que rodean esa flor y llenan el mundo con más belleza. Omite el crecimiento que ocurre durante la noche y los brotes invisibles debajo de la superficie del agua que todavía no recuerdan el mundo del sol.

Kornfield, Jack, 'Entre el éxtasis y la vida cotidiana'.

Los profesores de yoga solemos siempre citar la flor de loto, y esto no es casual, puesto que esta flor crece y se desarrolla en aguas pantanosas; sin embargo, debido a sus características propias, se mantiene perfecta e inmaculada. Más allá del mensaje de mantener su pureza aun en un medio desfavorable, se asemeja mucho a nuestra propia vida como seres humanos en nuestra búsqueda de un crecimiento y desarrollo espiritual.
Vemos la cara visible del loto, bella, espléndida, y la vinculamos con nuestro presente, tratando de mantenernos ecuánimes frente a diferentes situaciones de la vida; debajo de sus raices, hundidas en el lodo, vinculado a nuestro pasado, las crisis, los obstáculos que sin bien fueron situaciones dolorosas, dependerá de cada uno el tiempo que demoremos en reconocer cuánto nos han nutrido, nos han servido para formar nuestro carácter, han sido las bases, el cimiento de nuestro destino.


Prof. Maria Fernanda Destéfano


La armonía del Yoga